Curiosidades
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El plano maravilloso de la sombra llegando a la puerta donde aparece la palabra killer, es quizás el más impactante del corto, hasta el punto que se ha convertido en la imagen del cartel oficial. Pues que sepas que fue el único plano de todo el rodaje que no estaba previsto ni planificado. Ni se nos había ocurrido. El actor, Miguel Fenech, se colocó a la izquierda de la puerta para la toma que se ve al final de la secuencia. Como era temprano el sol caía muy plano y, de pronto, nos dimos cuenta de que su siniestra silueta se reflejaba en la puerta. Le pedimos que se quedara ahí y cuando Ángel puso la cámara en el suelo para grabar esa toma, nos dimos cuenta de que justo en el centro, en el interior de la sombre, aparecía la palabra killer. No lo hemos pintado nosotros. Es obra de algún grafitero. Igual nos quiere cobrar derechos de autor por la pintada. Si viene, le pagamos los derechos cuando él nos pague la pintura de la puerta. Además somos profesores, vamos, profesionales de esto. Como identifiquemos la letra en otras pintadas lo mismo nos tiene que pagar la pintura de medio instituto. Así que, relájate, killer. Tómate un zumito de naranja. Invitamos nosotros.
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El chico de la primera escena es el hijo del matrimonio de la tercera escena, Paz y Diego, que en la vida real se llaman Rosa y Paco y además de unos actores colosales, son efectivamente marido y mujer y los gestores de la cafetería del centro.
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La cocina, aunque parezca la cocina normal de una casa, es una cocina industrial, la de la cafetería del instituto, llena de máquinas grandísimas y pesadísimas que hubo que quitar para poder rodar.
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Por cierto, el rodaje de este corto ha provocado el nacimiento de un neologismo que pronto enviaremos a la RAE para su estudio: “hogarizar”. Como todo se ha rodado en el instituto, encargamos a Pepa Cabello y Susana González que convirtieran estancias claramente académicas en lugares que no recordaran a un instituto. Así la cocina y la fiesta, siendo estancias propias, no lo parecían. Las convertimos en un “hogar”, hogarizamos… ¡Chúpate esa, RAE!
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¿Que cómo gestionamos el tema de las mascarillas? Elegimos a Raúl, Rosa y Paco para los papeles principales porque son familia, así podían salir sin ella en la escena de la fiesta sin temor a contagiarse ya que son convivientes. ¿Y qué hicimos entonces con Mariola? Lo que hay que hacer. Una prueba para saber si podía hacer el desnudo mascarillil. La pasó y posó.
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Por cierto, y hablando de la fiesta. Esa escena tiene a siete figurantes al fondo del plano y TODOS LLEVAN MASCARILLA, aunque conseguimos que no se les viera.
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El champán de la fiesta no era champán sino agua mezclada con una bebida isotónica.
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Gastamos cuatro cañones de confeti para la escena, dos de prueba y dos válidos. Además de tres bolsas de confeti para ambientar. Tardamos más tiempo en barrer después que en montar y rodar. Ay, zeñó. Y hubo que explicarle al profesor de la clase de al lado que no nos estaban invadiendo los franceses ni habíamos montado una sala de fiestas al otro lado del tabique. No hubo heridos ni quejas en Dirección.
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Todo el rodaje se realizó en una jornada lectiva, del tirón y en una mañana.
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El presupuesto del rodaje ha sido de unos 50 euros.